Es curiosa la Historia y nunca deja de sorprendernos. Hoy voy a hablaros de Alejandrina de Prusia, la hija del último príncipe heredero al trono alemán, el Príncipe Guillermo de Prusia ( 1882-1951) y su mujer la princesa Cecilia de Mecklemburgo-Schwerin.
Alejandrina nació en 1915 y fue la quinta hija del príncipe, y la primera niña. Nació con síndrome de Down, pero nunca la escondieron de la opinión pública, como pasaba frecuentemente con otros niños con discapacidades en esa época. Sus padres y hermanos la llamaban familiarmente “Adini”.
Vivió una infancia tranquila en Postdam, junto a su familia. Entre 1932 y 1934, asistió a la Escuela Especial Trüpersche en Jena, la primera institución educativa europea dedicada a la educación académica y artística de los niños con discapacidades físicas y psicológicas. En el verano de 1934 regresó a Potsdam, donde permaneció durante dos años hasta que en 1936 se trasladó a Baviera. Permaneció allí hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, cuando se mudó a una pequeña casa cerca del lago Starnberg donde pasó el resto de sus días.
Alejandrina murió en 1980 a los 65 años y está enterrada en la Abadía de San Miguel sobre el castillo de los Hohenzollern en las cercanías de Hechingen.
A diferencia de su primo lejano, el príncipe Juan de Reino Unido, que debido a su autismo y epilepsia estaba fuera de la opinión pública, la condición de Alejandrina era conocida y ella aparecía con frecuencia con el resto de la familia en actos públicos y tarjetas.
Fue una de las hijas más queridas de la familia, a quien siempre se la trató muy bien y con respeto.
Alejandrina fue una auténtica princesa, lindísima. Aquí os dejo una serie de fotografías que he encontrado de ella: