El entrenamiento y ejercitación de las funciones cognitivas es esencial en la mejora del rendimiento cognitivo e influye de manera positiva en la adquisición de habilidades sociales y en la autonomía personal. La estimulación cognitiva ayuda a mejorar la memoria, la atención, las funciones ejecutivas o el lenguaje y, de esta forma, previene el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
Las capacidades cognitivas nos permiten hablar y comunicarnos, comprender el lenguaje, reconocer a las personas y cosas que nos rodean y dotarlas de significado, resolver problemas, planificar lo que se hará mañana, o recordar lo que se hizo el día anterior, entre otras muchas cosas.
Nuestro cerebro es responsable de llevar a cabo toda una serie de procesos desplegando un gran número de habilidades y aptitudes. Las diversas capacidades que poseemos no dependen sólo de factores genéticos y hereditarios, sino del aprendizaje y de la interacción continua que cada persona establece con su entorno. Es importante tenerlo en cuenta porque implica que estas capacidades se pueden modificar y mejorar con la práctica y la experiencia. Ello se explica desde la premisa de la plasticidad cerebral o neuroplasticidad, es decir, la capacidad adaptativa del cerebro para modificar su propia organización estructural y su funcionamiento en respuesta a los acontecimientos del contexto y a la acción educativa bajo condiciones apropiadas.
Desde el punto de vista de la estimulación cognitiva, el concepto de plasticidad cerebral es importante porque, bajo los efectos de estimulaciones apropiadas y constantes, llevando a cabo una práctica y una repetición sistematizadas, el cerebro puede modificar favorablemente su estructura y funcionamiento, ofreciendo la posibilidad de optimizar el rendimiento y las capacidades cognitivas. Hasta hoy se han publicado multitud de materiales cuyo objetivo es entrenar las habilidades cognitivas; desde objetos de la vida cotidiana, pasando por juegos psicoeducativos y de estrategia, cuadernos de pasatiempos, etc. hasta material más especializado como actividades concretas estructuradas que constituyen los programas de estimulación cognitiva. El hecho de contar con diversidad de materiales facilita la motivación y un mejor rendimiento.
Desde el campo de las neurociencias y las nuevas tecnologías se han desarrollado también algunos programas de estimulación cognitiva que permiten añadir un nuevo formato. Los mayores beneficios que puede aportar la estimulación cognitiva online, además de optimizar el rendimiento cognitivo y funcional, es aumentar el grado de motivación e implicación de las personas que están usando ese programa, así como mejorar la autonomía personal y la autoestima. Un ejemplo sería el programa NeuronUp.
En el caso de las personas con síndrome de Down, igual que en el resto de la población, la estimulación cognitiva ayuda a mejorar la memoria, la atención, las funciones ejecutivas o el lenguaje y, de esta forma, previene el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. La suma de muchos factores ayuda a mejorar y mantener las funciones cognitivas como son, por ejemplo, disfrutar de una vida plena y estimulante en su día a día, trabajar en una empresa ordinaria, disfrutar de momentos de ocio con amigos y familiares, experiencias de vida con apoyo e incluso vida independiente, entre otros. Todo ello favorece enormemente que se produzcan cambios positivos en sus vidas.