¿Qué será de la escuela inclusiva?

Escrito por:  Maria

la_vanguardiaQué será de la escuela inclusiva 
Maite Guitiérrez
La Vanguardia
3 de octubre de 2013

 

2013-10-03-la_vanguardia

VOZ DE ALERTA Escuelas especiales avisan de que reciben alumnos que podrían estar en la ordinaria

MENOS RECURSOS Escuelas, asociaciones de padres y fundaciones afirman que faltan veladores

Una escuela para todo el mundo. Es lo que dice la ley y todos los discursos oficiales. Los alumnos con discapacidad tienen el derecho reconocido a estudiar en centros ordinarios, con los apoyos necesarios para desarrollar sus capacidades -los casos más complejos y graves sí suelen derivarse a las escuelas de educación especial-. Catalunya apostó por el modelo de escuela inclusiva hace tiempo. Es un camino de integración continuo y lento, pero que ha ido avanzando. “Hasta ahora”, señalan educadores y asociaciones de familias. Los recortes están pasando factura a la atención a los estudiantes con dificultades y más familias se ven empujadas a escolarizar a sus hijos en escuelas especiales para discapacitados. Ocurre sobre todo con alumnos con discapacidad intelectual o trastornos del comportamiento.

Uno de los apoyos que más se ha reducido es el de veladores o técnicos de integración. Son personas que acompañan a ciertos alumnos con dificultades unas horas al día y los ayudan en sus tareas, así como a desenvolverse en la escuela. La asociación Aprenem, que apoya a niños con trastorno del espectro autista, afirma que este recurso ha disminuido este año. “Muchos asociados nos han alertado que han perdido horas de velador, y además observamos cierta tendencia a volver a la escuela especial en detrimento de la ordinaria”, señala Neus Payerol, directora de la asociación. Ella misma tiene un hijo con autismo que en sexto de primaria tenía un velador 20 horas a la semana y ahora que está en tercero de ESO se han reducido a cuatro horas semanales. Desde la asociación explican que sin este apoyo la integración de los alumnos en la escuela resulta más compleja y se compromete su evolución. Según sus cálculos, los alumnos que tienen asociados han perdido un 40% de horas de atención individual en la escuela. La asociación Asperger de Catalunya también ha detectado el mismo fenómeno. Su presidenta, Lola Ferrer, asegura que sus asociados han perdido horas de atención en el aula. “Y, además, todas las revisiones del grado de incapacidad que se han hecho este año han ido a la baja”, añade preocupada. La federación de asociaciones de madres y padres de alumnos Fapac y el sindicato CC.OO. presentaron una queja al Síndic de Greuges, Rafael Ribó, en julio denunciando el problema. Actualmente Ribó está recopilando información al respecto. Fundaciones y empresas que proporcionan técnicos de integración y veladores a las escuelas reconocen que este curso el Departament d’Ensenyament les ha contratado menos personal.

Este diario ha consultado a decenas de escuelas y todas coinciden: la atención a los alumnos con discapacidad retrocede por los recortes. Quien mejor explica el caso es el director de la escuela Els Xiprers, Joan Torrent. Este centro de Barcelona es pionero en inclusión y ha servido de referente para escuelas de toda Catalunya. Torrent apunta a diversos factores que están dificultando el desarrollo de la escuela inclusiva: “Las horas disponibles de veladores no cubren todas las necesidades”, “las escuelas hemos sufrido recortes de personal en general, y con menos maestros hay proyectos educativos que son menos sostenibles, como el caso de la escuela inclusiva”, “las bajas de los maestros no se cubren hasta los 15 días, y muchas veces los maestros de educación especial tienen que encargarse de toda la clase hasta que viene el sustituto o vuelve el tutor, con lo que el alumno discapacitado pierde atención”, “y tampoco hay una política clara de la escuela inclusiva, ¿a qué llamamos inclusión?”. La radiografía que hace este educador es compartida por las otras escuelas consultadas. Rosa Artigal, directora del instituto escuela Costa i Llobera, también afirma que las horas de velador no llegan para cubrir toda la demanda. “Hay más alumnos con necesidades y el presupuesto para estos recursos se ha congelado; no son momentos fáciles para nadie, pero debemos hacer un esfuerzo para no romper el camino que se ha hecho en la escuela inclusiva, todos los alumnos tienen derecho a ella”, sostiene. En algunos centros, estudiantes en prácticas del máster en Educación Especial están supliendo la disminución de técnicos de integración. La Administración les está haciendo contratos por horas.

Todo esto está provocando que más familias se cuestionen si seguir o no en la escuela ordinaria. Desde centros de educación especial confirman que este curso ha aumentado la demanda porque las escuelas ordinarias dicen que no tienen recursos para atender a todos los alumnos con discapacidad. Maribel Madrid, directora de la escuela especial Paideia, señala que los recortes están influyendo en el retorno de muchas familias a estos centros. “Varios padres explican que sus hijos han perdido horas de atención, así que los días que se han quedado sin apoyo los traen a la escuela especial”, dice Madrid. La gerente de la escuela especial Montserrat Montero de Granollers, Carme Gràcia, apunta en la misma dirección: “Tanto nosotros como la escuela Cap Vila de Mollet del Vallès hemos tenido más matrícula, sobre todo de infantil y primaria; las escuelas ordinarias nos explican que tienen más dificultades para atender alumnos con discapacidad debido a los recortes y a la falta de recursos”. En la escuela especial El Niu de Barcelona también ha aumentado la demanda de alumnos de infantil y de primeros cursos de primaria, precisamente la franja de alumnado que ha disminuido los últimos tres años en Catalunya debido a la caída de la natalidad.

La directora general de educación primaria y especial d’Ensenyament, Alba Espot, sostiene que es “imposible” que las horas de velador y técnico de integración hayan disminuido, tal como afirman escuelas, fundaciones, empresas y asociaciones de padres. Espot defiende que el Departament d’Ensenyament “apuesta por la escuela inclusiva” y que, en este sentido, han aumentado el número de unidades de apoyo a la educación especial en los colegios -son aulas dentro de los centros con personal especializado para atender al alumnado con discapacidad-. El curso 2009-2010 había en Catalunya 288 unidades de apoyo y este curso hay 359. La visión desde las escuelas es muy diferente. Efrén Carbonell, director de la Fundació Aspasim -tienen una escuela especial y dan apoyo a los colegios ordinarios-, insiste en que “la escuela inclusiva está en peligro de retroceder, no es justo que por los recortes un alumno con discapacidad deje de ir a una escuela normal, y esto está sucediendo”. “La inclusión escolar es un derecho, es el primer paso para la integración social; hay que preservarla”, añade Payerol.

¿Qué es la escuela inclusiva?

Adaptarse al alumno, no sólo escolarizarlo. La escuela inclusiva es la que acoge a todos los alumnos, sin importar su origen o sus discapacidades. La ley reconoce el derecho de todos los alumnos a ser atendidos en escuelas ordinarias. Hace dos déca- das la mayoría de alumnos discapacitados estudiaban apartados, en centros especiales. Ahora ya
no. Pero no se trata sólo de escolarizar. Esto sería lo que se conoce como “falsa inclusión”, señala el pedagogo y especialista Josep Maria Jarque, miembro de la Plataforma per l’Escola Inclusiva. “Una escuela inclusiva es la que cambia para adaptarse al alumno, la que lo trata de forma personalizada, adaptando el currículo, los recursos, la forma de trabajar, en todos sus aspectos”, explica Jarque. Hay muchas escuelas que han apostado por este modelo. “Pero todavía no está extendido a todos los centros”, dice. Es un camino lento y complejo que ha avanzado, pero que los recortes ponen en peligro. Todo esto en un contexto en el que la atención a la discapacidad y a los más vulnerables va en retroceso –la ley de Dependencia, por ejemplo, prácticamente ha desaparecido–.

La escuela, paso para la inclusión social. “Si un alumno está acostumbrado a convivir con personas diferentes, no lo verá como algo extraño”, sostiene Neus Payerol, directora de la asociación Aprenem, de apoyo a estudiantes con trastornos del espectro autista. Primero, dice, las personas con discapacidad tienen tanto derecho como otras a vivir en la sociedad tal cual son, y esta inclusión social em- pieza en la escuela.

¿Cuántos alumnos discapacitados hay en Catalunya? Los datos del Departament d’Ensenyament indican que el curso 2011-2012 estudiaban en Catalunya 26.421 alumnos con discapacidad. De estos, 19.853 lo hacían en escuelas ordinarias (el 75%) y el resto en escuelas especiales. Desde la Plataforma per l’Escola Inclusiva, que integra a educadores y familias, cuestionan estos datos. “Distan mucho de la estadística anterior. El anterior departamento tenía como objetivo que en el año 2015 el 70% de alumnos con discapacidad estu- diara en la escuela ordinaria, y en el curso 2008-2009 lo hacía el 64%”, señalan desde la Plata- forma. Además, los datos que manejan ellos a través de la estadística de Ensenyament y del Ministerio de Educación señalan que el curso 2012-2013 el porcentaje de alumnado discapacitado en la escuela ordinaria bajó por primera vez en diez años, del 64% al 62,95%. Alba Espot, directora general de educación primaria y especial del departamento, insiste en que el 75% de alumnos discapacitados estudia en la escuela normal. “No respondemos por las estadísticas que manejan otros, no las conocemos, pero el Departament d’Ensenyament tiene cuantificados estos alumnos y hace un seguimiento exhaustivo de todos los casos, la educación inclusiva avanza”, dice.

¿Quién decide? Los equipos de asesoramiento psicopedagógico evalúan al alumno y elaboran un dictamen de escolarización. En él proponen cuál es el mejor itinerario para el alumno, si debe ir a la escuela ordinaria o a la especial, qué recursos nece- sita y si hay que adaptarle el currículo. Si la familia no está de acuerdo, puede recurrir, y entonces es la administración educativa la que hace una resolución y decide.

Más problemas en la secundaria. Todas las familias explican que la inclusión en la educación infantil y en la primaria es más sencilla. En la secundaria suelen haber más problemas, los profesores no están tan acostumbrados a tratar a alumnos discapacitados. Maribel Madrid, de la escuela especial Paideia, explica además que está la cuestión de la adolescencia. “Todos los chicos quieren sentirse integrados, y muchos alumnos con discapacidad intelectual ligera o media se sienten excluidos, porque, aunque sus compañeros los quieren tratar bien, no se sienten como uno más y necesitan estar entre iguales. Por eso a esta edad hay más chicos que van a la educación especial”. Según los datos que maneja Josep Maria Jarque, sólo un 31% de los alumnos con discapacidad mayores de 12 años estudia en la escuela ordinaria.

Marc, un alumno con Down y autismo, ha conseguido quedarse en su escuela

“Que el límite lo ponga él”

Forma parte de un programa piloto para que especialistas externos entren en el aula

M. GUTIÉRREZ Barcelona

arc tiene cua- tro años y es- tudia en una escuela pública de Barcelona. Y lo hace porque sus padres han apostado por la escuela ordinaria, por la inclusión. Tiene síndrome de Down y autismo, y el curso pasado el equipo de asesoramiento psicopedagógico –hace los dictámenes de escolarización de los alumnos con discapacidad– les recomendó que el niño estudiara durante tres días a la semana en una escuela especial y dos días en la escuela ordinaria. “Nos decían que Marc no avanzaba, y que no nos aseguraban que pudiesen mantener la hora diaria de apoyo especial que recibía ese curso”, explica su padre, Antonio Robreño.

Esto le desconcertó. “Por un lado, explicaban que el niño no evolucionaba, pero, por el otro, que si se quedaba en la escuela quizás no le mantendrían la hora diaria de atención; sentí que nos estaban empujando hacia la escuela especial”, sigue Robreño. Después de pelear mucho, consiguieron que Marc permaneciera en su escuela. Este alumno forma parte de un plan piloto de la asociación Aprenem para que determinados estudiantes con trastornos del espectro autista reciban un apoyo especial de profesionales externos dentro de la escuela. La asociación ha firmado un acuerdo con Ensenyament para llevarlo a cabo, porque legalmente no está previsto que un trabajador externo, pagado por la familia o una organización, entre en un aula para atender alumnos. El objetivo de Aprenem es evaluar la evolución del alumno autista cuando está acompañado por especialistas y su impacto en el aula.

Este curso Marc tiene a un equipo de terapeutas especializados en autismo, pagado por la familia, que lo acompañan tres horas diarias durante cuatro días a la semana. El quinto día ha concentrado el apoyo que le ofrecía el Departament d’Ense- nyament, que se ha mantenido este curso. “Llevamos poco tiempo, pero ya hemos visto avances, interactúa más con los otros niños”, señala su padre.

Esta familia no da la espalda a la escuela especial, pero primero quiere que su hijo tenga la oportunidad de estar en un centro ordinario. “Si algún día se demuestra que lo mejor para él es una escuela para discapacitados, lo llevaremos, pero que no sea por un tema de falta de re- cursos y de recortes, no lo limitemos ya. El límite de hasta dónde puede llegar lo tiene que poner él”, dice el padre. Como Antonio Robreño, la mayoría de familias apuesta por la inclusión. “Nuestros hijos no tienen por qué estar apartados, forman par- te de este mundo, si con los apoyos adecuados pueden estar en una escuela normal, ¿por qué han de ir a una especial? ¿También les vamos a construir ciudades especiales para tenerlos allí?”, reflexiona. Robreño paga 1.500 euros al mes para que su hijo reciba esta atención. “Celebramos como un triunfo que nos dejen hacer esto, cuando la administración debería garantizar que todos los alumnos sean atendidos de la mejor forma posible”, sigue. Este padre ha crea- do la Fundación Reto para fomentar la inclusión social de las personas autistas y con síndrome de Down.

PLAN PILOTO DE LA ASOCIACIÓN APRENEM

Cuatro años
El programa dura cuatro cursos, este ya es el tercero, y forman parte 30 alumnos

Evaluación
Quieren evaluar si un alumno con autismo mejora con profesores especialistas

Equipo externo
Un equipo de terapeutas externo a la escuela acompaña al alumno durante unas horas, en general lo paga la propia familia

Buscar financiación
La asociación busca financiación para sufragar el programa

 

Rebloggeado del www.blogdeanna.es