Los problemas de tiroides son frecuentes en niños y adultos con síndrome de Down. La glándula tiroides se encuentra en la parte delantera del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. La glándula produce varias hormonas, las principales de las cuales son la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas ayudan a las células del cuerpo a funcionar correctamente. Ayudan a regular los niveles de energía del cuerpo y participan en el desarrollo físico y mental.
La glándula tiroides puede ser hipoactiva (hipotiroidismo), es decir, no produce suficiente tiroxina para satisfacer las necesidades del organismo. El hipotiroidismo puede estar presente desde el nacimiento, pero no es muy frecuente. Es más probable que las personas con síndrome de Down desarrollen hipotiroidismo a medida que crecen y se hacen mayores. Esto suele ocurrir debido a la autoinmunidad (el sistema de defensa del organismo se ataca a sí mismo, lo que a veces también se denomina hipotiroidismo de Hashimoto), aunque puede haber otras causas.
El hipotiroidismo es un tipo de enfermedad tiroidea frecuente en personas con síndrome de Down. También se conoce como insuficiencia tiroidea. Se produce cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas. Si una persona tiene una glándula tiroides hipoactiva sin tratar, puede presentar los siguientes síntomas:
– Ralentización del crecimiento
– Aumento excesivo de peso
– Letargo
– Sensibilidad al frío
– Piel seca
– Cabello seco
– Estreñimiento
– Pérdida de cabello
– Ralentización del ritmo cardíaco
– Pulso lento
– Menstruaciones anormales
– Cansancio
– Deterioro mental
– Sordera
– Anemia
Si las pruebas muestran que tiene un tiroides hipoactivo, su médico de cabecera puede recetarle medicación hormonal sustitutiva. Puede llevar algún tiempo conseguir la dosis adecuada de medicación. Es probable que tenga que tomar medicación para la tiroides durante el resto de su vida. Con el tiempo, la cantidad de medicación que necesita tomar puede cambiar.
Hipertiroidismo El hipertiroidismo es un tipo de enfermedad tiroidea un poco más frecuente en las personas con síndrome de Down que en la población general. Esta enfermedad también se conoce como hiperactividad de la glándula tiroides. Se produce cuando la glándula tiroides produce demasiadas hormonas tiroideas. Si una persona tiene una glándula tiroides hiperactiva sin tratar, puede presentar los siguientes síntomas:
– Pérdida de peso y de masa muscular
– Aumento del apetito
– Intolerancia al calor
– Diarrea
– Ansiedad
– Temblores
– Cambios de comportamiento
– Irritabilidad
– Inflamación de la glándula tiroides
– Falta de aliento
– Caída del cabello
– Ojos saltones
– Palpitaciones.
Por lo general, las personas con síndrome de Down tienden a desarrollar hipotiroidismo, pero a veces pueden tener hipertiroidismo, aunque esto es mucho menos frecuente. Muchos síntomas pueden indicar que una persona tiene un problema de tiroides y el equilibrio de los síntomas puede ser diferente de una persona a otra.
Puede haber causas (distintas de la tiroides) para estos síntomas. Si la persona a la que cuidas tiene alguno de estos síntomas y/o has notado cambios que te preocupan, pide cita con su médico de cabecera para que le haga un chequeo. Es posible que tenga un problema de tiroides.
Sin embargo, no basta con ser capaz de detectar los síntomas que indican que una persona puede estar enferma. A veces es más difícil diagnosticar problemas de tiroides en personas con síndrome de Down. Por eso, las personas con síndrome de Down necesitan análisis de sangre periódicos para controlar su tiroides. Los bebés nacidos con síndrome de Down deben someterse a una prueba rutinaria de punción del talón en las primeras seis semanas de vida, seguida de un análisis de sangre de cribado entre los cuatro y los seis meses de edad.
Todos los recién nacidos deben someterse a una prueba de detección de tiroides mediante punción en el talón. Los bebés deben someterse a una nueva prueba de tiroides entre los 4 y los 6 meses de edad. A partir del año de edad, debe hacerse un análisis de sangre cada año (o más a menudo si está clínicamente indicado) durante el resto de la vida. Para cualquier persona con síndrome de Down (a partir de los 14 años), el tiroides debe analizarse como parte del chequeo médico anual.
El hipotiroidismo se trata con medicación sustitutiva de tiroxina, normalmente en forma de comprimidos. El hipertiroidismo puede tratarse con medicación antitiroidea para detener la producción excesiva de hormonas tiroideas. A veces puede ser necesaria cirugía para extirpar parte de la glándula, o el uso de yodo radiactivo para reducir el funcionamiento de la glándula.
¿Cómo se controla la glándula tiroides?
El tiroides se controla mediante un análisis de sangre. Un profesional sanitario tomará una muestra de sangre de una vena del brazo. La extracción de sangre de una vena se denomina a veces “venopunción”. En la mayoría de los casos se realiza en la consulta del médico de cabecera. A veces, la extracción se realiza en el hospital local. A algunas personas les resulta difícil extraer sangre de una vena. A veces es posible realizar una prueba de pinchazo en el dedo en lugar de extraer una muestra de sangre de una vena. Pregunte a su médico de cabecera si en su zona se puede realizar la prueba de punción digital. La muestra de sangre se enviará a un laboratorio para su análisis. El médico de cabecera se pondrá en contacto con usted para comentarle los resultados del laboratorio.
Para más información, puedes leer este artículo de la Down Syndrome Association.