El apoyo es la ayuda adicional que una persona puede necesitar para realizar una tarea, comprender información o desarrollar habilidades. Cada persona da y recibe distintos tipos de apoyo cada día.
Las personas con discapacidad intelectual o con capacidades diferentes pueden necesitar apoyo adicional para tomar y entender decisiones, aprender nuevas habilidades, comprender información, comunicarse con otras personas, ser incluidas o participar en una actividad o un acontecimiento. El tipo y la cantidad de apoyo que una persona necesita son diferentes para cada persona. El apoyo cambiará en distintos entornos y a lo largo del tiempo.
Hay poca comprensión, experiencia o formación sobre el buen apoyo a las personas con discapacidad intelectual. Apoyo no es lo mismo que “cuidados”.
A menudo, las personas con discapacidad intelectual reciben un control o un apoyo deficientes y las personas con discapacidad intelectual tienen que conformarse con un apoyo deficiente porque no hay otras opciones.
Para las personas con discapacidad intelectual, las familias suelen ser su primer y más importante apoyo. Pero a menudo los profesionales o voluntarios también apoyan a las personas con discapacidad intelectual.
Todos los que trabajan con personas con discapacidad intelectual deberían entender lo que es un buen apoyo. Tener un buen apoyo garantiza que:
- Entienden lo que ocurre a su alrededor.
- Están incluidas e implicadas.
- Desarrollan nuevas habilidades.
- Disponen del tiempo que necesitan.
- Se les escucha y pueden decir lo que piensan.
- Se respetan sus decisiones.
- Pueden hacer su trabajo lo mejor que pueden.
Las cualidades más importantes de una buena persona de apoyo son saber escuchar, ser amable, tener experiencia y conocimientos sobre el trabajo que realiza, ser digno de confianza, fomentar el desarrollo personal, apoyar la toma de decisiones, comprender qué apoyo se necesita y cuándo, ser respetuoso, paciente y capaz de explicar las cosas con claridad utilizando un lenguaje cotidiano.
Es responsabilidad de todos adaptar la forma en que trabajamos con personas con discapacidad intelectual. Aunque muchas veces una persona puede tener una persona de apoyo con la que trabaja estrechamente, no es función de una sola actuar como intermediario. Por ejemplo, en una reunión en la que participe una persona con discapacidad intelectual, todos deben hablar de forma accesible para que la persona esté incluida, y no depender de una persona de apoyo para que “traduzca”.
Las organizaciones inclusivas deben ser capaces de reconocer y cuestionar los apoyos deficientes y capacitar a las personas con discapacidad intelectual para que hagan lo mismo.
Las personas con discapacidad intelectual afirman que el apoyo deficiente se produce cuando las personas toman decisiones por ellas sin incluirlas:
- Las personas que les apoyan controlan lo que hacen y cuándo lo hacen.
- Las personas que les apoyan les sobreprotegen o les tratan como a niños.
- No entienden lo que ocurre ni por qué.
- No forman parte de lo que ocurre y no pueden participar.
- No se les escucha.
- La persona que les apoya habla por encima de ellos o responde por ellos.
- El apoyo no se centra en lo que quieren o necesitan, sino en lo que quiere hacer la persona que les apoya.
Hay que asegurarse de que la persona con discapacidad intelectual controle siempre el apoyo que recibe. A menudo, las personas con discapacidad intelectual no participan en la elección de la persona que les prestará apoyo ni en la decisión de cómo se les prestará ese apoyo.
Las personas con discapacidad intelectual deben participar siempre en cualquier conversación o decisión sobre su apoyo.
Cómo dar un buen apoyo:
Conocerse. El apoyo funciona mejor cuando las personas se conocen y se respetan. Algunos temas de conversación con la persona a la que apoyas podrían ser:
¿Quiénes somos?, ¿En qué somos buenos?, ¿En qué estamos interesados?, ¿Para qué trabajamos?, ¿Qué tipo de apoyo busca la persona con discapacidad intelectual?
Asegurarse de que las personas con discapacidad intelectual tienen capacidad de elección y control.
Un buen apoyo garantiza que las personas con discapacidad intelectual comprendan las opciones que tienen y los resultados de las distintas elecciones.
Las personas de apoyo deben respetar las decisiones aunque tú no estén de acuerdo.
Ayudar a las personas con discapacidad intelectual a desarrollar nuevas habilidades.
La mayoría de la gente quiere probar cosas nuevas. Desarrollar nuevas habilidades ayuda a empoderar a las personas con discapacidad intelectual.
Una forma de ayudar a las personas con discapacidad intelectual a desarrollar nuevas habilidades es:
Dividir las tareas o la información en pequeños bloques.
Dedicar tiempo suficiente.
Fijar objetivos y controlarlos periódicamente.
Dar a las personas con discapacidad intelectual el apoyo adecuado cuando lo necesiten. Trabajar juntos para entender cuándo se necesita el apoyo y cuánto hay que dar.
Las personas no necesitan apoyo todo el tiempo. Dar demasiado apoyo significa que las personas con discapacidad intelectual pueden perder su independencia.
Recuerda que las necesidades de apoyo pueden cambiar con el tiempo y que el tipo de apoyo ofrecido debe cambiar con ellas.
Ofrecer a las personas con discapacidad intelectual apoyos específicos para cada persona.
Que un tipo de apoyo haya funcionado con una persona no significa que vaya a funcionar con otra. El apoyo no es “talla única”.
Piensa en cómo dar opciones de apoyo a las personas. Hablen entre ustedes y prueben diferentes cosas para encontrar la mejor forma de apoyo. Da oportunidades para comprobar si el apoyo sigue funcionando bien.
Lleva tiempo conseguir un buen apoyo. Ten paciencia y no te rindas.
Que una persona no pida apoyo no significa que no lo necesite. Si trabajas con una persona que parece no comprometerse o no ser capaz de expresar qué apoyo u otras adaptaciones puede necesitar, ¡no te rindas!
Sigue implicando a la persona en todo lo que puedas. Sé amable y atento, y prueba distintos enfoques. Si se implica, la confianza de la persona aumentará y, dado el vínculo, puede que se sienta lo bastante cómoda como para compartir lo que quiere y necesita para participar.
Es posible que algunas personas con discapacidad intelectual hayan sido mal tratadas en el pasado y les preocupe tener que enfrentarse a una nueva tarea.
Esto puede significar que no quieran arriesgarse y probar cosas nuevas, aunque cuenten con apoyo. Tómate tu tiempo, introduce las nuevas tareas lentamente, explícalas con cuidado y aprovecha los puntos fuertes y las preferencias de la persona. El apoyo de los compañeros puede ser muy útil y ayudar a sentirse más seguro.