Cuidando la Salud Mental de los...

Escrito por:  Maria

La importancia de establecer una buena rutina de salud mental

Nos preocupamos por cuidar nuestro cuerpo: comemos bien, hacemos ejercicio y descansamos. Pero, ¿hacemos lo mismo por nuestra mente? Es fundamental atender nuestra salud mental con la misma dedicación.

Uno de los mayores mitos es pensar que debemos sentirnos felices todos los días. No es realista ni justo con nosotros mismos. Las redes sociales pueden hacernos creer que la vida de los demás es perfecta, pero no lo es. Es importante recordar que tener días malos no significa que estemos fallando.

El agotamiento emocional es un indicador clave. Si te sientes constantemente triste, si ya no disfrutas las tareas diarias como padre o madre, es una señal de que necesitas ayuda. Y eso está bien. No hay nada de malo en sentirse mal a veces.

Aceptar la realidad y encontrar pequeños momentos para ti

Criar a un niño con autismo no verbal o con síndrome de Down puede ser desafiante. Muchas veces, como cuidadores, sentimos que somos los únicos capaces de atender a nuestro hijo, lo que puede llevarnos al resentimiento y al agotamiento. Pero debemos recordar que también somos personas con una identidad propia, más allá de nuestro rol de padres, madres o cuidadores.

Pequeños cambios pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, tomarte unos minutos en la mañana para arreglarte antes de despertar a los niños puede darte una sensación de control y bienestar. No se trata de grandes gestos, sino de pequeños momentos que nos recuerdan que también importamos.

Aprender a gestionar la ansiedad y el estrés

A veces nos sentimos ansiosos o abrumados, y eso es normal. No siempre tenemos que buscar una solución inmediata. Permitirse sentir tristeza o ansiedad por unos días sin presionarse a “salir rápidamente de ese estado” puede ser más saludable que luchar contra ello constantemente. Si, en cambio, llegamos a un punto de crisis física o emocional, es importante buscar ayuda profesional.

La idea de que podemos “seguir cinco pasos rápidos para la felicidad” no siempre es realista. No se trata de un destino al que llegar, sino de un proceso continuo. Como cuidadores, debemos ser amables con nosotros mismos y aceptar que algunos días serán más difíciles que otros.

Barreras para el bienestar mental

  1. Creer que somos los únicos que podemos cuidar de nuestro hijo

Cuando nos convencemos de que nadie más puede cuidar de nuestro hijo, terminamos agotados. Tomarse un descanso no solo es bueno para nosotros, sino también para nuestros hijos. Una madre que se aleja por unos días puede darse cuenta de que ha estado viviendo en un estado de agotamiento constante. Cuidar nuestra mente nos hace mejores cuidadores.

  1. La comunicación y el rol de “intérprete”

Si nuestro hijo tiene dificultades para comunicarse, nos convertimos en su voz. Esto puede ser agotador. Es importante encontrar estrategias para aliviar esta carga y permitirnos momentos de descanso.

  1. Falta de tiempo para el autocuidado

Pequeños momentos de autocuidado, como respirar profundamente durante cinco minutos o aplicar una crema de manos con un aroma agradable, pueden sumar con el tiempo y ayudarnos a sentirnos mejor.

  1. El costo del descanso

Muchos métodos de descanso requieren dinero, pero hay muchas formas gratuitas de encontrar paz. Salir a caminar, escuchar música o tomarse una ducha caliente pueden ser pequeños actos de autocuidado accesibles.

  1. Falta de sueño

El sueño es crucial para la salud física y mental. Como cuidadores, debemos priorizarlo tanto como sea posible.

  1. Manejar todo lo que sucede fuera del hogar

A veces sentimos que debemos inscribir a nuestros hijos en todas las terapias y actividades posibles. Pero hacer “más” no siempre es mejor. No debemos sentirnos culpables por no hacerlo todo. Es imposible hacerlo solos, y la carga debe repartirse entre la escuela, la familia y otros apoyos.

La importancia de aceptar ayuda

Cuando alguien se ofrece a ayudar, en lugar de preguntar “¿En qué puedo ayudar?”, es mejor decir directamente “Voy a hacer esto por ti”. Muchas veces, ni siquiera sabemos qué necesitamos. La ayuda directa es mucho más valiosa.

Cambios en la percepción social

La pandemia nos obligó a admitir que todos, en algún momento, nos sentimos solos, ansiosos o deprimidos. Esto ha ayudado a normalizar estos sentimientos y a reconocer que los cuidadores también merecen cuidarse a sí mismos. Si no lo hacemos ahora, con el tiempo nos quemaremos y no podremos seguir adelante.

Si logramos cambiar la percepción social sobre la importancia del autocuidado para los cuidadores, podremos mejorar la calidad de vida de muchas familias. Buscar ayuda profesional es una opción válida, y hay recursos gratuitos disponibles.

El resentimiento y la frustración no significan que estemos fallando. Son parte del camino. Lo importante es encontrar el equilibrio y recordarnos a nosotros mismos que también importamos. ¡Cuidarte a ti mismo es parte de cuidar a tu familia!